Por Massimo Dreifuss, Fotos de Alejandro Arretureta y Philippe Mueller
Hemos contado a menudo el momento en que el sagrado mundo del dinero en Nueva York se derrumbó para nuestro padre Daniel y se volcó en un bien aún más preciado: el tiempo. Ahora nosotros, los “hermanos de los relojes” Massimo y Leonard, contamos el momento en el que cambiaron nuestras vidas.
Daniel Dreifuss, el padre más inquieto que se pueda imaginar, mencionó hace un año de forma casi casual que pronto estaría “fuera”. No quería sufrir antes el ataque al corazón que padecen muchos que no lo dejan a tiempo. Pero, ¿qué pensamos cuando alguien que vende el tiempo no se da el gusto de disfrutarlo? No queda demasiado bien. Y nuestro padre no quería quedar mal.
Aunque le guste romper todas las reglas con su estilo de vestir (que a unos les parece ingenioso, a otros un tanto extravagante) este estilo es una expresión de su particularidad, cuyos frutos nos nutren hoy. Relojes extraordinarios de un hombre extraordinario con una vida extraordinaria.
Los orígenes de la marca Maurice de Mauriac ya son bien conocidos. Sin embargo, es la forma en que probó sus primeros relojes la que iba a recibir mucha más atención. Nuestro padre solía viajar a menudo en tren por Suiza y un reloj solo le servía si podía venderlo en el tren antes de llegar a su destino en una hora.. Para ello, se necesitan relojes muy buenos y un gran talento para las ventas. Nuestro padre ya tenía las dos cosas por aquel entonces, y nos ha inculcado ambas para el nuevo camino que mi hermano y yo hemos tomado: hacernos cargo de la empresa y dirigirla.
Nos enviaron al mundo para descubrirlo, nos enviaron al atelier para conocer y poder hacer todo lo que compone una marca de relojes a lo largo del tiempo. Nuestro padre seguía enviándonos a casa, a Zúrich y a las redes sociales, para que formáramos parte de la gran familia por la que lo daba todo, y por la que aún lo sigue haciendo. Somos una empresa familiar. En esta no hay tanto polvo y problemas acumulados como suele ocurrir con otras empresas familiares. Nuestra concepción de la familia se caracteriza por un gran amor, por la libertad y, sin embargo, también por una gran intimidad. Todos ellos factores importantes para lo que nos hace especialmente exitosos: la confianza que todo esto genera interna y externamente. ¿Quién, como familia, tiene contacto personal con una comunidad digital que abarca varios cientos de miles de personas en todo el mundo? ¿Quién tiene a Zúrich como invitado en el estudio todos los días y quién tiene al mundo entero porque se encuentra con la familia en el estudio? Primero conocisteis a mi padre, luego a todos nosotros, y ahora cada vez más a los dos.
De pequeños aprendimos a leer la hora de los relojes de papá, luego aprendimos a leer los relojes para hacer nuevos relojes y ahora hacemos los relojes nosotros mismos. Nuestro padre nos ha enseñado todo lo que sabe, y eso es muchísimo. Para todo lo demás, ha traído al estudio a personas excepcionales de las que hemos aprendido enormemente, o nos ha enviado a otros lugares del mundo para que aprendamos de ellas.
Nuestro agradecimiento fue dedicarle un grandioso reloj, el primero del que fuimos responsables, el Grand Cœur, basado en su última gran genialidad. El L3 de cuerda manual con cristal rojo, de la serie L, completada con los relojes L1, L2 y L3. Esta serie L lleva el ADN de la marca Maurice de Mauriac y, con los tres modelos de reloj L1, L2 y L3, ha creado tres iconos relojeros que permanecerán en la historia.
Las grandes tiendas web de estilo de vida y relojes se abren ante nosotros con este trío de relojes. No es algo sencillo de lograr en un sector dominado por unas pocas marcas muy grandes, pero lo fácil nunca fue una opción para Maurice de Mauriac. Así que, salvo algunas excepciones, seguimos vendiendo nuestros relojes en todo el mundo de forma directa, sin distribuidores.
Cuando la puerta del estudio se cierra por la noche, el último espresso ha salido zumbando de la máquina, y los últimos amigos y clientes se han marchado, los robots aspiradores comienzan su caprichosa danza y de fondo se oye el suave “plin“ que indica que ha llegado otra compra por vía digital.
Porque cuando estamos en la intimidad, cuando necesitamos descansar, cuando necesitamos recargar las pilas, cientos y miles de historias sobre nosotros, nuestros relojes los siguen haciendo que se vendan por el mundo. No solo los relojes, sino nosotros, nuestra historia, la de mi padre, que ahora seguiremos contando. Y eso es lo que vende nuestros relojes.
Mientras tanto, Daniel, el padre más inquieto de la historia, ha sorprendido a todos por ser capaz de irse y disfrutar del descanso, lo hace encantado con su mujer en Italia.
FLECHAZO ENTRE MARCAS
Cuando las marcas se unen
Lo que debe ir unido siempre estará unido. Por eso nunca buscamos asociaciones, sino que simplemente las experimentamos cuando se encuentran con nosotros. Hay que ser sensible para no perderse estos momentos mágicos. Uno de esos momentos mágicos fue el encuentro entre Maurice de Mauriac y KENSINGTON. Simplemente hubo demasiada armonía: precisión, fiabilidad, calidad, compromiso, estilo, internacionalidad, intimidad familiar… parece un texto de marketing, pero es una realidad fascinante. Y eso es también lo que distingue a ambas marcas, que hacen tangible aquello de lo que otros solo hablan.
Nuestra visión no es convertirnos en los más grandes, sino en los mejores, en el sentido de ser la marca de relojes más querida por las personas que comparten nuestros valores. No cortejamos a cualquier precio a los que no encajan con nosotros, porque eso nos obligaría a doblegarnos. La marca KENSINGTON también irradia esta claridad, así que también estaba claro que si KENSINGTON creaba un reloj con nosotros, sería el L3. En él están todos los vaores que compartimos y mucho más, como tiene un mecanismo de cuerda manual, necesita un compromiso personal. Algo que KENSINGTON y Maurice de Mauriac también aman y cultivan mucho.
Un L3, también en diseño KENSINGTON, es tan atemporal y elegante que causará un impacto indudable en todo el mundo. Y eso es muy importante porque ambas marcas ven y tienen al mundo como su mercado. Alguien que también lo ha reconocido es la estrella del fútbol suizo Stephan Lichtsteiner, que acaba de terminar unas prácticas con nosotros. El resultado de un momento mágico en el que nos sentimos abiertos y fascinados por la voluntad de rendimiento que desprende Stephan Lichtsteiner. Y, de repente, somos tres marcas que se encuentran, que aparentemente son completamente diferentes y que, sin embargo, se mueven por los mismos valores y objetivos. Dicho de una mejor forma: aman los mismos objetivos y se dejan seducir por ellos de nuevo, cada día.